Las carillas dentales son unas finas láminas, de cerámica o de composite, que recubren el exterior del diente, estas resuelven problemas funcionales y estéticos en un solo tratamiento. Solucionan los desperfectos que puedan dañar la superficie de la pieza dental, tales como fracturas o alteraciones de la coloración y forma dental, al tiempo que consiguen proporcionar una sonrisa sana, armónica y bonita con un acabado muy natural.
Otro de los motivos de la popularidad del tratamiento de carillas dentales es su larga vida media, si bien, aquí, el material que las compone va a marcar la diferencia. Las carillas dentales de composite son las menos duraderas y, por lo general, no sobrepasan los 5 años. La resistencia de la porcelana hace que sea ésta la opción más longeva: las carillas dentales de porcelana tienen una vida media de 10 a 15 años.
Sin embargo, el material del que están compuestas las carillas no es el único elemento determinante en la duración del tratamiento: la colaboración del paciente con el mantenimiento de una higiene bucodental apropiada es decisiva para asegurar la duración y buen estado de las carillas.
La clave para que este tratamiento sea tan eficaz a la hora de embellecer la sonrisa y corregir las pequeñas patologías funcionales de la superficie dental (dientes rotos, torcidos, separados, irregulares, desgastados o con manchas) radica en su alto grado de personalización: cada una de estas láminas son creadas de manera exclusiva para cada paciente, buscando, siempre que la adaptación sea perfecta.
Además de la personalización y adaptabilidad del tratamiento, otro de los puntos fuertes de las carillas dentales está en la gran capacidad de los materiales que utiliza, la porcelana y el composite, para imitar el esmalte natural de las piezas dentales haciendo que la nueva sonrisa luzca totalmente natural.
Todo esto hace que las carillas dentales puedan llegar a ser una alternativa a la ortodoncia en los casos en los que el paciente busca sobre todo una mejora estética sin necesitar un tratamiento corrector de mayor profundidad. También son una opción extraordinaria para recuperar la sonrisa tras una endodoncia: cuando el paciente requiere restituir la blancura de su dentición sustituyendo piezas dentales calcificadas u oscurecidas.