Dependiendo del resultado que se busque será más recomendable un tipo u otro. Si se quiere un resultado muy natural y realista se recomienda realizarse un tratamiento de carillas dentales de porcelana, ya que imita mejor el diente. El material reacciona ante la luz igual que un diente real, cosa que nos sucede con las carillas dentales de composite. Además, en comparación con otros materiales, es muy resistente a las manchas, aunque eso no quiere decir que no haya que prestar atención a los alimentos y bebidas que se toman.
Las carillas dentales de porcelana tienen otra gran ventaja en términos de durabilidad. Tras colocar las carillas en el diente, se sujetan firmemente a la estructura dental sana para crear una restauración sólida que puede durar entre 10 y 15 años si se cuidan adecuada mente; las carillas dentales de composite duran la mitad de los años, incluso cuidándolas bien.
Si se mira el aspecto económico y de rapidez, las carillas dentales de composite ganan. En primer lugar, son mucho más baratas y además se pueden arreglar fácilmente sin tener que reponer la carilla por completo. Con las carillas de porcelana no se puede solo arreglar el desperfecto, hay que cambiar la carilla por otra. En segundo lugar, tan solo se necesita una sesión para colocarlas; las de porcelana por su parte, necesitan más de una visita al dentista.
También hay que tener en cuenta si se quiere una solución reversible o una solución permanente, ya que una vez que se talle el diente no hay vuelta atrás. Si no sabes si te sentirás bien con tu nueva sonrisa puedes elegir un tratamiento de carillas dentales de composite no invasivo, que como tan solo hay que limpiar la superficie del diente para colocar la carilla sin tallar, pasado el tiempo se pueden quitar y volver al aspecto original del diente.