Relación entre el tabaco y la salud Oral

Relación entre el tabaco y la salud Oral

El tabaco, ya sea en formato industrial, tabaco de liar o tabaco de mascar, es altamente perjudicial tanto para nuestra salud bucal como general. Además, incrementa la posibilidad de padecer otras dolencias y enfermedades.

A nivel oral, el efecto más grave que se da por el consumo de tabaco es desarrollar un cáncer oral pero podemos hablar de más problemas de salud que acarrea el tabaquismo.

La única forma de paliar los efectos negativos del tabaco es dejarlo. El efecto adictivo de la nicotina es muy alto pero no hay otra solución.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España, un 30,3% de la población adulta es fumadora habitual.

Cómo afecta el tabaco a los dientes

Tinción de los dientes

Los dientes de un fumador amarillean debido a la nicotina y el alquitrán se depositan en la superficie dental y que, en muchos casos, llega a penetrar en los túbulos dentinarios.

Tinción de los dientes por fumar

Halitosis

Los componentes nocivos que posee el tabaco generan halitosis o acentúa la que ya se padecía. Además de olor a tabaco, este potencia la sequedad e irritación de las mucosas de la boca y de las vías respiratorias, por lo que no existe una correcta oxigenación y se produce el mal aliento.

Deterioro del sentido del gusto y el olfato

Según la Asociación Dental Americana (ADA), la acción del tabaco limita la percepción de sabores y olores, especialmente el salado; esto hace que los fumadores tienden a abusar inconscientemente de la sal, lo que puede provocar subidas de tensión arterial.

Aumento del riesgo de sufrir periodontitis

El consumo del tabaco no sólo provoca tres veces más riesgo de sufrir periodontitis y de que ésta progrese más rápidamente, sino que se suele retrasar mucho más el diagnóstico; esto es debido a que el tabaco es un vasoconstrictor (reduce el riego sanguíneo de las encías) lo que provoca un aspecto más pálido y menos inflamadas de lo que realmente están.

Bajo índice de éxito en tratamientos

El tabaco retrasa la curación de las heridas y también disminuye del riego sanguíneo en las encías de los fumadores, esto los hace más propensos a padecer infecciones y reduce significativamente la capacidad de reparación de los tejidos retrasando de forma notable la cicatrización de las heridas, tanto de origen traumático como quirúrgico.

Además, la tasa de fracaso de los implantes dentales es dos veces superior entre la población fumadora, debido a mayores dificultades para que el implante se una al hueso.

Propensión a la aparición de caries

Encender un cigarrillo también influye en la aparición de este tipo de lesiones, pues entre los fumadores se observa una mayor cantidad de caries en las raíces de los dientes, ya que éste hábito provoca la pérdida de su soporte y expone la raíz. A su vez, presentan una disminución de la secreción salivar, lo que conlleva una menor capacidad neutralizadora de la placa.

Imagen ilustrativa de los dientes de un fumador

Cáncer oral

El tabaco contiene un alto número de sustancias cancerígenas que, si además se asocia con el alcohol, que permeabiliza aún más las mucosas, el riesgo de sufrir un cáncer oral se eleva considerablemente.

Aunque la incidencia del cáncer oral en la población no es de las más altas (8 por cada 100.000 habitantes), esta patología presenta una alta tasa de porque suele diagnosticarse en estadios avanzados.

Consejos para tus pacientes fumadores

Teniendo en cuenta el perjuicio que supone el consumo de tabaco para la salud oral, podemos ayudar a nuestros pacientes aconsejándoles una serie de acciones para tratar de reducir estos efectos con una buena salud bucodental.

Un correcto cepillado: Es fundamental llevar a cabo un buen cepillado para reducir todos los residuos que deja el tabaco en la boca. Es aconsejable aumentar la frecuencia de cepillado, con un mínimo de 3 veces al día, y hacerlo tras haber fumado. La lengua también tiene que ser objetivo del cepillado ya que es una zona muy afectada por el consumo del tabaco, por eso se produce una pérdida del sentido del gusto.

Utilización de un buen colutorio: Un buen enjuague bucal refuerza el cepillado y protege nuestro esmalte. Además, el colutorio acaba con el mal aliento provocado por el tabaco.

Uso de hilo dental: Para aquellas zonas a las que el cepillado no llega, la seda dental es una gran aliada para cuidar la salud dental. Protege las encías, muy vulnerables a los efectos del tabaco, y aporta frescor a la boca.

Por último, recomendar a los pacientes acudir con más regularidad a la clínica dental para poder llevar un mejor seguimiento de su salud oral.