Las carillas dentales son láminas pequeñas y finas que se adhieren en la parte externa del diente de manera firme y segura. Su función es corregir el esmalte desgastado del diente, la alineación ligera de dientes desiguales, la separación entre dientes, las decoloraciones, las roturas, las grietas, etc.
Su objetivo es puramente estético y no resuelven los problemas bucodentales existentes. Es más, para evitar riesgos, es necesario solucionar todos los problemas que presente la dentadura antes de colocar las carillas dentales estéticas.
Por lo regular se utilizan dos tipos de materiales para la fabricación de las carillas dentales, las más comunes son de porcelana o composite.
Las carillas de porcelana tienen una duración mayor que las de composite, pudiendo resistir en perfectas condiciones hasta 15 años, y además no pierden su color ni se tiñen.
Esta duración depende en gran medida de que el paciente siga las instrucciones de su odontólogo relativas a mantenimiento y cuidados.
Sin embargo, cada vez cobra más peso la idea de que las carillas sean para siempre, ya que existen diversos estudios que afirman que estas carillas pueden llegar a durar entre 25 ó 30 años.
La duración de las carillas de composite es mucho menor que las de porcelana, tienen un máximo de vida de cinco años aproximadamente.
Para llegar a este plazo, es necesario acudir a revisiones de mantenimiento y que el dentista realice el pulido de las carillas.
Además, será más fácil que este tipo de carillas duren cinco años en buen estado, si el paciente sigue buenos hábitos en cuanto a higiene y alimentación.
Al ser el composite un material que se tiñe con el tiempo, los alimentos y bebidas con mucha coloración (vino tinto, café, frutos rojos, chocolate negro…) así como el tabaco, no ayudan a mantenerlo en buen estado.
Es muy poco probable que una carilla de cerámica o porcelana sufra alguna fractura. Pero si es así, el paciente puede tener la tranquilidad de que cualquier daño o desperfecto será reparado rápidamente.
Las carillas dentales de composite pueden reconstruirse fácilmente en la clínica dental, mientras que las de porcelana se confeccionan en el laboratorio.
No es de extrañar que debido a las virtudes que presenta en cuanto a resistencia y estética, las carillas dentales de porcelana sean más costosas que las de composite.
Sin embargo, en caso de que un paciente desee obtener mayores beneficios a largo plazo, es recomendable que opte por carillas de porcelana.
Esta recomendación está basada, fundamentalmente, en la duración y el resultado que se obtiene con estas carillas.
Aunque el costo inicial sea más alto, podremos tenerlas de forma casi permanente y con un resultado mucho más estético con el pasar de los años.
En cambio, las carillas dentales de composite son menos costosas, pero requieren ser reemplazadas en menos tiempo.
Acude a tu Clínica dental para mayor información, donde te podrán recomendar la mejor opción de acuerdo a tus necesidades y a tu presupuesto.